martes, 20 de agosto de 2013

"Dale! súbete al caballito de mar!"

Jorge tocó el timbre del departamento. Era la última entrega del día mientras Santiago de Chile se rendía incondicionalmente a la oscuridad de una nueva invernal noche.  El se encontraba triste, quizás porque había perdido la conciencia de que no solamente entregaba regalos, sino que en realidad, era portador de inesperadas sorpresas y con ellas, de gran alegría para sus destinatarios. Y es que todo acto que aparente insignificancia puede, si se quiere, terminar siendo un acto que mejore el mundo y de ese modo, un acto heroico. El no lo supo o si acaso algún día lo supo se le había olvidado.
En esta entrega llevaba un presente del orgulloso papá de una niña que con su sola presencia era capaz de sanar las heridas más profundas del corazón humano, de una niña que con su sola presencia volvía todo de color esperanza, que con su sola presencia tornaba lo imposible e inalcanzable como posible y tocable con las manos,  una presencia que le ayudaba a nuevamente escuchar  el desbocado galope de su corazón... era  una presencia que rendía al mismo Cielo, pues he visto a Dios dar su vida por aquella niña!!!  Era una niña que había logrado que por aquel entonces su recién llegada existencia, hacía ya diez años,  había convertido en acordes musicales la dulce e inexplicable experiencia de un flamante papá! 
"Si? Quien es?" Preguntó una muy mansa y maternal voz. " Vengo de parte de Sorpresas punto com y tengo un presente para Carmela!... Me abre la puerta?". Respondió  esa maternal voz ahora nutrida de femenina curiosidad " Si, por supuesto! pase!".  Al cabo de unos segundo Jorge, que seguía entregado a su rutina y aburrimiento, estaba de pie ante el umbral de la puerta de ese templo que era la casa de Carmelita.  " Por favor, firme aquí" lo que raudamente hizo la mamá. Hecho eso, Jorge se fue, no sin antes sacar  su calculadora para sumar su mísera comisión. .. Era un "looser" total!!! ... Me pregunto si acaso no sería oportuno que se estrelle con su moto para recuperar la conciencia de que esta con vida???... 
Volvamos a la historia. "Caaaaaarmela!!! MUJIIIIIERRRR!!! ( como sabe decir todo chileno con su tonada característica). Venga aquí que hay un regalo del papaaaaaaaa!" . La niña corrió más que el jamaiquino Bolt por recibir su regalo. " Mamá! Que es?" " Pues ábrelo" contestó ella. Carmela que nunca cuido las formas, rompió el paquete a fin de rápidamente conocer lo que había dentro de la caja, pues ella siempre va al punto y le importa nada el aderezo de las cosas... Es igual a su Padre!!!  decía siempre su mama.  Encontró un peluche en forma de " caballito de mar" y una nota que decía: "Que este caballito te pueda llevar a donde quieras y puedas conquistar todo! Absolutamente todo lo que quieras!... Con inigualable amor! Tu papa!". Carmela, como si hubiera perdido la vida de improviso, se dejó caer en aquella silla que fue de su papá, totalmente rendida, con las fronteras entregadas, totalmente extenuada, pues el regalo había logrado que su corazón palpite a trescientos mil latidos por segundos. Cuando apenas se pudo recuperar una lágrima había asaltado su hermoso rostro!  (Ahora ya se como llora  un ángel). "Esta realmente hermoso!!!" exclamó tartamudeando,  abrazando con mucha fuerza y ternura al peluche, como sí en el inmenso mar hubiera al fin encontrado una boya.  Lo llenó de besos, tantos, que si el caballito hubiera estado vivo, se habría ahogado. Luego, quedó pensativa, con su dulce mirada de los "mil metros" y añadió: " Sí! Papá! Me subiré al caballito e iré sobre él a conquistarlo todo!". Algunas horas después, de rodillas en su cuarto, y con sus manitas unidas, comenzó a exclamar: "Diosito lindo! Cuida mucho a mi papito y no permitas que jamás se caiga de su caballito de mar, también te pido por los niños pobres y ..." Mientras el sueño se iba apoderando de ella y en tanto se veía surcando azules mares rumbo a las estrellas, pues bien sabía que ese era su destino final... 

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