jueves, 25 de octubre de 2012

Goyito...y las estrellas?


Discúlpame, pero no te entiendo! cómo es eso de que quieres a las dos? Nada dijo. Miró el lustre de sus zapatos -estimo que muy costosos- cogió su sandwich, mordiéndolo, quizá con la torpe ilusión que me olvidaría la pregunta. Yo seguí rabiosamente mirándolo. Luego levantó la mirada y respondió: pero es que simplemente pasó! y tu sabes que las dos son mujeres extraordinarias! Añadió: no quise que sucediera así, ya te dije, simplemente paso!

En ese instante viajé en el tiempo. Recordé cuando de niños a orilla del mar armábamos cohetes de arena. Me decía: "Allí pondremos nuestro sueños para que vayan hasta las estrellas pues allí queremos llegar, no?" Queríamos cambiar el mundo. Recordé también que Goyito siempre hacía las ordenes de los demás. "Goyito termina tu sopa y deja el pan", "Goyito, ponte zapatillas pues queda mejor que con zapatos", "Goyito, tu camisa amarilla queda mejor con esta corbata rosada de puntos negros", "Goyito, acompáñame a comprar", "Goyito, deberías ser abogado y no ingeniero", "Goyito, cuando te cases tendrás dos hijos", " Goyito, sueño con que seas importante." Esos sueños eran buenos pero el no decía nada sobre sus propios sueños. Siempre hacía lo dicho por los demás. En mi opinión, se estaba construyendo el hombre "agua tibia", ni caliente, ni frío. Creo que por eso las cosas que le han pasado en realidad conscientemente nunca las quiso y es que jamás decidió virilmente por alguna u otra cosa.

Él se casó con una buena mujer, guapa y de muy buenos sentimientos (que mas quiere un hombre?). Tuvieron un hijo que tiene unos ojos que miran el centro de la galaxia y mas allá. Apenas nacido, su esposa entró en una depresión muy fuerte y esa situación lo hacía sufrir muchísimo, pero fiel a su estilo, nada dijo, nada replicó. Hizo del alcohol su mejor amigo. Entonces la olla siguió llenándose de frustración hasta que reventó. En medio de esa crisis apareció otra mujer. Ella lo comprendió, lo llenó de atenciones y muy generosamente le regalo su hombro para que llorase. Le decía además que la depresión de su esposa pasaría, que no se preocupe, “ahora me tienes a mí para cuidarte”. Él se encontraba a tiro de penal y pasó lo que obviamente pasaría....la besó, la hizo suya encargando un presente de París. Se lo traería una cigüeña, esa ave que siempre revolotea alrededor de personas sumergidas en estas situaciones...y entonces, se escapa Maradona, se lleva a uno, a dos, a tres, pellízquenme para saber que no estoy soñando, se lleva a cuatro y …. goooool!!!

Cómo que simplemente pasó? No seas fresco! sucedió porque como siempre "te dejaste llevar". No tuviste las agallas para tratar de solucionar tu vida, te dejaste llevar por las circunstancias! y ahora, estás en medio de dos situaciones muy complicadas! Si pues! añadió. Pasó! Mierda!  mirando nuevamente el lustre de sus zapatos (que mirándolos bien no son costosos). Y entonces, qué vas a hacer? Respondió: No se! que crees que debo hacer? No se trata de lo que yo crea sino de lo que tu quieres hacer y debes querer hacer lo que dicta tu corazón, y en tu corazón tienes criterios para tomar la mejor decisión. Recuerda todo lo aprendido sobre el Matrimonio. Recuerda el juramento hecho ante Dios. No dejes que el miedo te amordace. Tu vida está en tus manos, no en las mías!  Ya! deja de llorar! ...entonces sentí lástima por él, es mi amigo y me destruía verlo así. Acaricié su cabeza y con la intención de que enfrente la verdad (porque a su esposa no la dejo de amar y fue por soledad que se entregó a los brazos de otra mujer) quise provocar una reacción y le dije: A quien amas? a cual de las dos amas?

Hubo un silencio que nos abrazó a los dos, un silencio huido por un gemido avergonzado: Ya es tarde y debo irme!... Las quiero a las dos! ...las quiero a las dos! ... no me entiendes? las quiero a las dos!

Mientras él se iba, terminé mi café y pagué la cuenta, pero antes de subir a mi auto le envié un mensaje de texto preguntándole: "Goyito... y las estrellas?"

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